Si en la anterior entrada, su autor nos mostraba su faceta más divertida y desenfadada, en esta ocasión cambia por completo de género y estilo. Y es que, en la entrada de hoy, el creador de Marquitos Laguna, nos muestra su faceta más seria y filosófica, en donde temas como el amor, la vida y la muerte, así como la conciencia de los seres humanos, son parte importante de los dos pequeños relatos que integran el volumen que será reseñado hoy. Desde aquí dar las gracias a Darío por el libro con el que poder hacer la entrada de hoy.
Las dos historias son bastante duras, y con finales bastante negros, y para nada esperanzadores. Pero a cambio, Darío nos regala dos grandes protagonistas, y que se plantean cuestiones que todos, en mayor o menor medida, nos hemos planteado alguna vez en la vida. Sobre todo cuando tenemos el estado de ánimo bajo. Por eso, desde aquí, una pequeña recomendación: si alguna vez no tenéis un buen día, no leáis este libro, puesto que su temática no es la mejor para leer cuando estáis de bajona.
Antes he mencionado lo de la temática, y de la independencia de sus historias. Pero una vez leído el libro, y dejado reposar un tiempo prudencial, ya que se da a ello, llegué a la siguiente conclusión: si bien ambas narraciones no tienen nada que ver, pensé que el final de la primera historia enlaza con la segunda, pese a que el protagonista de la primera, no tiene nada que ver con la segunda.
Pero es que el final de la primera, me llevó a pensar que su protagonista está viviendo su particular cielo, a través de una reencarnación, pero éste cielo, guarda su particular infierno, puesto que hace salir lo peor de las personas, tal y como nos confesará el protagonista a lo largo de una grabación, en donde nos irá desgranando lo que ocurrió con la fallida conquista del planeta rojo.
Si algo ha caracterizado las obras de Darío hasta la fecha, aparte de la buena construcción de personajes, de historias que te atrapan desde las primeras de cambio, es que los estallidos de violencia se caracterizan por ser bastante sangrientos y bien descritos. Algo que aquí no podía dejar de lado, sobre todo en los instantes finales de la segunda historia. En su conclusión, el protagonista tendrá que hacer frente a una amenaza, y la forma en que acaba con la misma, hace la ilusión que la sangre salga de las páginas, y parezca salpicar a los lectores.
Si os gustan las historias distópicas, que se leen en un suspiro, pero que te dejan huella, a la vez que te hacen reflexionar una vez has acabado su lectura, éste es vuestro libro.
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