sábado, 29 de septiembre de 2018

libro: Gimrod

Todos los que sois seguidores de este blog, sabéis mi querencia por el género pulp como género literario. Sus situaciones, personajes y el modo en que están contadas permiten viajar a los lectores a otros mundos, ya sean en nuestro planeta o en lugares más allá de nuestra galaxia. Precisamente fuera de la tierra es donde tiene lugar la entrada de hoy, un planeta plagado de peligros al que llegará el protagonista de la entrada de hoy, y donde se verá involucrado a su pesar en una batalla donde el destino de una galaxia estará en juego.

Escrito por Miguel Ángel Naharro, la trama nos cuenta como el astronauta australiano Brad Gimrod se ve transportado por accidente a otro mundo mientras intentaba arreglar un satélite. Allí forjará una alianza con Sekaya, una saterdocisa guerrera, y con Torak, un humanoide acorazado, mientras se enfrentan a los secuaces del letal Zarko Haro, cuyos planes de dominación intentarán evitar este inusual trío.

Una vez más la editorial Dlorean vuelve a ofrecer a sus lectores una aventura cien por cien pulp, y que nos hará pasar un buen rato mientras acompañamos a nuestros protagonistas en sus diversas peripecias. A pesar de que en la contraportada se mencionan como influencias a John Carter, del creador de Tarzan Edgar Rice Borroughs, o Almuric de Robert E. Howard, autor de Conan, personalmente veo más semejanzas con Flash Gordon, creado por Alex Raymond y Don Moore, que con los personajes antes citados.

Y es que mientras uno avanza en su lectura es imposible, al menos en opinión de quien esto suscribe, no acordarse del rubio aventurero en sus aventuras en el planeta Mongo y gobernado por el tirano Ming. Y es que Gimrod no es sino una adaptación actual del género space opera, que nos contaba como un ser humano se ve trasladado a un mundo que no es el suyo, e intentará sobrevivir utilizando sus habilidades. En este caso Gimrod utilizará sus habilidades para el combate aprendidas mientras pertenecía al ejercito.

Una vez más el autor vuelve a mostrar su aprecio por el género pulp, transportando a los lectores a un universo donde las aventuras y las situaciones cargadas de adrenalina son la tónica habitual. Y es que Naharro se siente como pez en el agua dentro del género de aventuras y se nota el cariño que pone a la hora de describir a los lectores las diversas situaciones en las que se ven envueltos los personajes de la novela.
Así pues no resulta extraño leer combates llenos de acción y movimientos espectaculares, y que están narrados de forma bastante cinematográfica. Esto ayuda a visualizar estos momentos cargados de adrenalina.

Uno de los aciertos de la obra reside en sus personajes, y es que si de algo sabe el autor es de dotar a sus protagonistas de carisma. Y es que Gimrod dista mucho de ser el típico joven ávido de aventuras. Ya tiene 50 años, con una larga lista de aciertos y errores a sus espaldas. Su motivación principal es regresar a su hogar, y retomar su vida justo donde la dejó, a pesar de que la misma no fuera perfecta. De esta forma a nuestro personaje no solo le mueve las ganas de derrotar al villano, sino también volver a su mundo.
Pero si Gimrod mola, sus compañeros de peripecias no le van a la zaga. Sekaya es tan bella como letal, y Torak es un compañero de armas tan eficaz en el combate como en los momentos más distendidos. Ambos tendrán sus momentos de lucimiento y demostrarán que son más que los meros acompañantes del protagonista principal del libro.

Pero los grandes héroes no son nada sin un villano al que hacer frente. Y es este aspecto Zarko Karo es un malo muy bien descrito. Su motivación principal es el conseguir más poder, para ello no duda en masacrar a todo aquel que se le pone por delante. Para ello contará con la ayuda no solo de su fiel ejercito, sino también de su consejero Naga, cuyas intenciones ocultas se desvelarán en los instantes finales del libro.

El pero que se le puede poner a la obra son las numerosas erratas, que hace que la valoración final baje puntos. Y es que da mucha rabia ver diversas faltas de ortografía repartidas a lo largo de la obra, así como diversos errores de maquetación. Lo que es una verdadera lástima, ya que si bien Dlorean nos trae obras que los aficionados al pulp agradecen, no estaría mal que cuidara más el producto y vigilara más estos errores gramaticales.

Si os gustaron Flash Gordon o John Carter, dadle una oportunidad al libro. Seguro que os hará pasar un buen rato.





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