Hoy en el blog dejamos aparcada la fantasía, el terror y la acción para traeros un libro de historia bastante interesante. El mismo nos habla de un tema tan curioso como la independencia del condado de Castilla del reino de León, y del proceso que siguió al mismo. Así pues, el presente volumen cumple con un doble objetivo: el primero es el de divulgar, mientras que el segundo se ocupa de arrojar algo de luz a un tema que, incluso soy, sigue siendo polémico entre algunos historiadores.
Escrito por Andrés Altés Domínguez, el presente volumen trata de forma amena, a la par que rigurosa, como el condado de Castilla llegó a independizarse del reino de León.
Pese a que en un principio el tema no pueda resultar interesante, al menos a aquellos que no les guste leer historia o saber más acerca de ella, una vez uno comienza la lectura del mismo va conociendo datos curiosos, a la par que interesantes, acerca de el enfrentamiento entre ambos y de los diversos mitos que surgieron a través del mismo. De ahí el subtítulo de la obra.
Para explicarlo de la mejor forma, el autor estructura el libro en cuatro apartados diferenciados, y dentro de cada uno de ellos encontramos diferentes subapartados. Los cuales ayudan a entender mejor, a la vez que amplían, lo expuesto en su correspondiente capítulo. De esta forma en el primer apartado el autor pone la base para lo que desarrollará de forma posterior. Así pues, comienza su ensayo sobre las bases medievales del mito. Para ello explica las cuatro versiones que más se conocen, y que han llegado a nuestros días, siendo la segunda de ellas la de Los jueces de Castilla la que cuenta con una mayor extensión. Tal vez por ser la versión más conocida acerca de la independencia.
Esta primera parte me resultó la más farragosa de leer. Y no porque estuviera mal escrita o explicada, nada más lejos de la realidad. Pero me resultó complicado el avanzar debido a la gran cantidad de citas y aparición de castellano antiguo. Lo que no quita para que a la vez me resultase curioso el descubrir un tema del que no tenía la más mínima idea.
Es a partir de la segunda parte, cuyo título es el mito en la historiografía liberal, cuando el libro me empezó a gustar más. En este segundo capítulo, vemos aparecer más autores y comprobamos como el tema llegó a interesar a la Generación del 98, y a uno de sus principales figuras como fue Miguel de Unamuno. Es en este apartado cuando vemos como diferentes historiadores se atrevieron a dar su punto de vista a lo largo de casi cien años, abarcando desde mediados del siglo XIX hasta que finalizó la Guerra Civil española en 1939.
En esta segunda parte es cuando el libro empezó a llamarme más la atención. Ya sea porque una vez pasada la parte medieval o porque al tratarse de historia más cercana a nuestros días, lo cierto es que en este segundo apartado el tema me resultó mucho más interesante que su predecesor, a la par que más ameno y menos farragoso. Algo que se confirmó con el tercer apartado, que se acabó convirtiendo en una de mis partes favoritas del libro.
En el tercer apartado el autor nos explica el mito durante la posguerra, y como los autores próximos al régimen franquista dieron su opinión acerca del mismo. Aquí resulta interesante comprobar como hubo incluso autores extranjeros que se atrevieron a dar su opinión acerca del mito. Mientras que unos tuvieron suerte y pudieron ver publicada su obra, otros como el historiador francés Pierre Vilar quien por sus ideas marxistas tuvo que esperar a ver su obra publicada durante la Transición, a pesar de haber sido publicada en 1947. A pesar de ello, durante esos años circularon diversas ediciones que pudieron ser leídas de forma clandestina.
Aquí de nuevo el libro volvió a interesarme más, y pude descubrir como este mito llegó a ser tratado durante la dictadura, sin que los autores que llegaron a tratarlo fueran del todo imparciales.
Por fin, en el último apartado el autor se encarga del mito desde los años 60 hasta el 2015. Aquí el autor se encarga de desmantelar el mito que llegó hasta nuestros días y de como ha sido tratado en la época escolar, desde los años de la EGB hasta su estudio en el instituto y años preuniversitarios. En este último capítulo, el escritor también tiene tiempo para citar aportaciones recientes de diversos autores, de ideologías políticas distintas que tratan el tema según su pensamiento, así como de escritores, ya sean historiadores o no versados sobre el tema, que usan el mito para ambientar sus obras por lo que la polémica está servida.
En este capítulo final el lenguaje y la forma de contar estos sucesos se hace muy ameno, y supone un buen punto y final a un ensayo que me resultó farragoso al principio, para ir ganando interés a medida que avanzaba en sus partes posteriores.
A pesar de su breve extensión, que apenas alcanza las 150 páginas, es un libro que cunde y que resulta interesante, pero que tuve que leer en diversas etapas. Y no porque fuera aburrido, que no lo es, pero era mucha información para ir asimilando de una sola sentada. A pesar de ello, este libro me recordó porque la historia era de mis asignaturas favoritas durante mi época de estudiante.
Siempre se dice que nunca te acostarás sin saber una cosa nueva, y este libro volvió a hacer bueno ese dicho. Gracias al mismo pude descubrir nuevas palabras, a la vez que me valió para refrescar algunos conocimientos que tenía algo oxidados. Baste citar como ejemplo el momento en que el autor cita a las JONS, término que me sonaba y que tuve que releer para comprobar si lo que tenía por ahí perdido en la memoria era cierto o no, como acabé confirmando que así era.
Un libro que sirve para arrojar algo de luz a un tema que ha sido objeto de diversos estudios y que resultará interesante para todos aquellos amantes de la historia de nuestro país.
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