En el año 1986 John Badham, realizador al que debemos otros títulos como Juegos de guerra; Drácula o Dos pájaros a tiro, dirigía esta entrañable comedia. La trama de la historia es la siguiente: el ejercito tiene unos robots utilizados para cuestiones militares, cada uno de ellos identificado con un número. Cuando un rayo cae sobre el número 5, este se escapa del recinto militar y empezará a vivir aventuras. Una vez fugado conocerá a una amante de los animales, interpretada por Ally Sheedy, y se reencontrará con su creador, rol a cargo de Steve Guttenberg. Todos ellos harán todo lo posible para evitar que el ejercito lo vuelva a capturar y a utilizarle para lo que previamente fue creado.
Esta era una cinta que cuando era pequeño no me cansaba de ver. Su historia, mezcla de comedia con toques de ciencia ficción, era la típica producción destinada para toda la familia. Y su protagonista, el número 5 es recordado por todos aquellos que crecimos en los ochenta.
Uno de los puntos a favor además de la dirección de Badham y de sus dos actores principales, es sin lugar a dudas el robot protagonista. Pese a que la película tuvo un presupuesto relativamente modesto, este se fue en su mayor parte en la creación no solo del número 5, si no también de sus otros hermanos.
Pese a que hoy la conocemos como una cinta ligera, en un primer momento iba a ser un thriller oscuro. En el primer tratamiento de la historia, el robot protagonista era un villano. Pero según se iba puliendo el guión, sus creadores fueron eliminando todos los elementos tétricos de la cinta hasta dejarla tal y como la conocemos hoy en día.
Un par de años después conoció una secuela, donde el número 5 viajaba a Nueva York dispuesto a vivir nuevas aventuras y en donde se reencontraba con otro de sus creadores.
La película evidentemente no esta entre las mejores de la historia del cine, ni lo pretende. Sabe que fue creada con el único propósito de entretener a los espectadores, y desde luego cumple su objetivo. Es una pena que en el cine de hoy día no existan más producciones de estas características. Se siguen haciendo claro está, pero carecen del encanto de las producciones familiares de los ochenta.
Años después, una producción de la factoría Disney se inspiró en el robot protagonista de la entrada de hoy, para crear una de sus cintas más conseguidas de los últimos años. Evidentemente me estoy refiriendo a Wall-E. La inspiración del número 5 para el pequeño androide recogedor de basuras es evidente, o al menos el que esto suscribe lo ve así.
Como viene siendo habitual os dejo con el trailer de la cinta:
Espero que con la entrada de hoy os hayáis acordado de esta cinta. Y los que no la habéis visto es una buena oportunidad para descubrirla.
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