Feliz año. Hoy damos el pistoletazo de salida a las entradas del blog. No hay mejor modo de hacerlo, que con una gran cinta que ayer tuve la oportunidad de ver, y que no se estrenará en nuestras pantallas hasta el mes que viene. Film que, sin duda, recomiendo su visionado y que, con toda justicia, ha sido nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa.
Dirigida por Nicolaj Arcel, y escrita por el mismo realizador junto a Anders Thomas Jensen, adaptando la novela El capitán y Ann Barbara de Ida Jensen, la trama nos cuenta como en la Dinamarca de 1755 el capitán Ludving Kahler, un magnífico Mads Mikkelsen, acude a un páramo yermo con la intención de enriquecerse y ganarse un lugar en la nobleza. Al llegar allí, no tardará en chocar con el cruel terrateniente Frederik De Schinkel, Simon Bennebjerg, y que no le pondrá las cosas fáciles para que el antiguo oficial prospere en su empeño.
A los intérpretes arriba mencionados, se les unen Amanda Collin, en rol de Ann Barbara, antigua criada que huyó del cruel terrateniente; Kristine Kujath Thorp, dando vida a Edel Helene, prometida de Frederik o Melina Hagberg, que interpreta a la hija adoptiva de Kahler.
Increíble, no se me ocurre mejor forma con la que definir al film. Es una cinta que mezcla a partes iguales el drama y el cine de aventuras. E incluso, me atrevería a decir con unas gotas de western, ya que no resulta descabellado ver a nuestro protagonista como uno de aquellos pioneros del viejo oeste, que busca ganarse la vida en un territorio inhóspito, enfrentándose para ello tanto a aquellos que aseguran que la tierra es suya, junto a los elementos meteorológicos.
Mikkelsen está de dulce, algo que ya no resulta raro en el intérprete danés. Ya sea en superproducciones como Casino Royale o Doctor Extraño, o en filmes menores como Una última ronda o La caza, en cada uno deja su sello personal, y no deja indiferente con su interpretación. Aquí tiene una actuación bastante contenida, lejos de algunos histrionismos de su compañero, y némesis, Bennebjerg, quien se muestra algo más desatado.
Bennebjerg da vida a un villano de los que da gusto odiar. Desde su primera aparición, ya nos damos cuenta que va a ser un cabronazo de primera. Borracho, putero, maltratador, lo tiene todo el angelito. Hace y deshace a su antojo, sabiéndose intocable debido a su posición, no solo de terrateniente, sino también como juez de la zona que habita.
La cinta nos habla de la ambición, y de hasta donde estamos dispuestos a llegar para alcanzar nuestro objetivo. Algo que el personaje de Mikkelsen tiene bastante claro, a pesar que, en no pocas ocasiones, la misma le haga perder por el camino aquello que más ama. Sabe que no es lo correcto, pero en estos momentos, no se guía por el corazón, sino por su determinación para conseguir lo que quiere.
También nos habla del racismo. Algo que se puede ver de forma evidente, en la hija adoptiva de Kahler. Alguien que, por su tez morena, es tachada de gafé. Tal y como se puede comprobar, en la Dinamarca del siglo XVIII también existía el racismo, con aquellas personas que no tenían los mismos rasgos que los daneses.
La cinta tiene una duración de dos horas. Las cuales transcurren de forma pausada, pero que no se hace pesada en ningún momento. El realizador se toma su tiempo a la hora de presentarnos a los personajes, sus motivaciones, para que el espectador llegue a conocerles, y conseguir empatizar con la mayoría de los mismos.
El personaje de Kohler pasa por no pocas desgracias, tantas que, en algún momento, pensé: "deja ya de putear tanto al pobre hombre". Parece que no sale de una, y se mete el otra. Lo que acaba consiguiendo que te pongas de su parte, salvo excepciones, en todo momento. E incluso, en esos instantes que no acabas de estar del todo de acuerdo con lo que hace, puedes intentar comprenderlo.
Para ser una cinta de corte dramático, contiene no pocos instantes sangrientos. Estos momentos, están plenamente justificados, y ocurren por una determinada razón. Hasta me atrevería a decir, que en uno determinado, uno hasta goza con lo que pasa.
El film tiene una conclusión que se podría decir que es feliz entre comillas. Por supuesto que no la voy a desvelar, pero no se me ocurría otro final posible después de todo por lo que ha pasado Kohler.
Si os gustan las cintas de corte adulto, en donde la fotografía, el montaje y la banda sonora funcionan como el mecanismo de un reloj, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis en absoluto.
A continuación el tráiler:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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