Ah la infancia, que felices recuerdos nos trae. El salir del colegio y, mientras uno merendaba, ver sus series favoritas de dibujos animados. Algunas de ellas han permanecido en la memoria de muchos, mientras que, otras, por unos motivos u otros no han corrido la misma suerte. Por fortuna, la entrada de hoy va a remediar eso. Puesto que, gracias a su autor, hará que, todos los que se acerquen a este libro, recuerden aquellos tiempos.
Escrito por Juan José Zanoletty, el presente volumen supone un recorrido por aquellas series de dibujos, que solo recuerdan los más ancianos del lugar, y que pudieron disfrutar de su visionado. Ya sea en televisión, o, en su lanzamiento en VHS o Beta.
El libro consta de una introducción y 11 capítulos, cada uno de los cuales está dedicado a un estudio, o a una animación específica de un país, tal y como ocurre con los ejemplos de Francia y España. Y más de uno se quedará sorprendido al descubrir las joyas, que resultan analizadas a lo largo de sus páginas.
Lo que más me gustó del libro, es descubrir como se realizaban estos dibujos animados, puesto que el autor nos lo analiza y explica de forma bastante amena. No en vano, Zanoletti es escritor y director de dibujos animados, por lo que cuenta con una amplia experiencia en este campo, que reflejó en Los dibujos animados de Ub Iwerks, o habiendo ganado multitud de galardones en el terreno de la animación, como por ejemplo en el Acccesit VIII Certmen de animación de La Rioja.
Muchas de las series que aquí se nombran, o bien las había visto, o me sonaban de oídas. Es lo que tiene haber pasado gran parte de tu infancia pegado a la pantalla del televisor. Mientras iba leyendo, una sonrisa de nostalgia se iba dibujando en mi rostro, recordando los buenos ratos que me hicieron pasar en su momento. Y seguro que, si vuelvo a ver alguna de ellas a mi edad, puede que las disfrutase como antaño.
A medida que avanzaba sus páginas, me iba diciendo: ostias que recuerdos; hala de esta me acuerdo e incluso llegaba a tararear alguna de sus melodías, o iba a Youtube a ponerme la introducción de la serie, y, por breves momentos, volvía a sentirme niño una vez más.
Algo que me sorprendió saber, fue que muchas de estas series apenas gozaron de un par de temporadas con suerte, incluso algunas de ellas no superaron la primera. Pero uno las recuerda más largas, debido a que, en aquellos tiempos, no había la continuidad que si tenemos. De hecho, uno podía alquilar capítulos de una serie, como Astro Gungar, o la divertidísima y reivindicable Don Drácula y quedarse sin saber como seguía, ya que los videos incluían un par de capítulos, y uno se quedaba con las ganas de saber como proseguían las aventuras de los protagonistas.
Parte de las series que aquí se analizan, provienen de franquicias cinematográficas, del mundo del comic, o basadas en personajes famosos de la época, como por ejemplo Chuck Norris o Mr. T. En el caso de estos dos últimos, sus series no tuvieron suerte y fueron canceladas al poco de su emisión, debido a los bajos índices de audiencia. Y es que, tal y como menciona el autor, si bien su nombre servía de reclamo en la taquilla, no podía decirse lo mismo en su versión animada.
Otra cosa que no sabía, es que parte de las series que aquí se mencionan, si bien fueron creadas en su país de origen, se realizaron en otros países, debido al gran volumen de trabajo que tenían que afrontar los estudios a la hora de llevar a cabo sus proyectos. De esta forma, Hannah Barbera, realizó parte su animación en España. De igual forma sucedió en nuestro país o Francia, llevándose a cabo el trabajo en lugares como Polonia, China o Taiwan, donde animaron series como Ulises 31 o La corona mágica.
Los más nostálgicos del lugar, entre los que me incluyo, no podrán evitar emocionarse al ver alguna de las múltiples fotografías que acompañan al siguiente ensayo. Bien sea de los protagonistas, o de las caratulas de su edición en los formatos arriba mencionados, las cuales nos hacen evocar los tiempos de videoclub, en donde pasábamos las horas muertas decidiendo que cinta escoger.
La única pega, por así decirlo, es que no echa en falta series y que aquí no tuvieron su espacio. Pero, tal y como nos cuenta el autor al principio de la obra, no pueden estar todas. De otra forma, la extensión del libro hubiera sido el doble de la que tiene. Pero ya se sabe, que lo bueno si breve, dos veces bueno. En casi 200 páginas, viajamos a nuestra infancia, y con eso basta.
Este ensayo sirve para descubrir esas series que, bien sea por que coincidieron en el tiempo con otras más famosas, o que carecieron de la distribución adecuada, no corrieron la misma suerte que otras que han pasado a formar parte del imaginario colectivo. Lo que resulta una verdadera pena, puesto que su animación es más que decente, y algunas de ellas, como El capitán planeta, contenían consejos para la juventud. En otros casos, como Robocop o G.I. Joe, tuvieron que ver reducido su nivel de violencia, para que pudieran ser vistas por los espectadores más jóvenes.
Un viaje a la nostalgia en toda regla, y que sirve para reivindicar estas series que, sin duda, merecen una segunda oportunidad. Una vez más, la editorial Applehead nos demuestra su buen hacer al ofrecer a los lectores un producto de calidad, entretenido y profusamente ilustrado. Y que, sin duda, hará las delicias de los más frikis del lugar.