Ser padre es, desde luego, toda una odisea. Al temor de que todo vaya bien, tanto en el embarazo como en el parto, se unen las dudas sobre como actuar ante la enfermedad, que no duerman de forma correcta o saber si lo estamos haciendo bien o no. Para despejar estas cuestiones, ya están los manuales profesionales. La entrada de hoy, da respuesta a estas preguntas desde una perspectiva bastante irónica, con unas dosis de mala leche, y, sobre todo, bastante ternura. Así pues, veamos que nos depara este comic.
Creado por Kike Alapont, y con prólogo a cargo de Ana Coto, con quién ya ha colaborado en otras ocasiones con el autor, Daniel Aragonés y una breve nota a cargo del propio Alapont, el comic nos lleva a través de sus páginas, a la odisea que supone ser padres, con las trastadas de los pequeños de la casa y su convivencia con ellos.
Si bien ya conocía al autor por su colaboración con Ana en la saga kakamonstruos y de su trabajo en solitario en Crow, no sabía de su faceta tan irónica y humorística, como la que muestra en la entrada de hoy. He de decir, que durante su lectura me mantuvo con una sonrisa permanente en la boca, y que, en no pocas ocasiones, me arrancó alguna carcajada que otra.
Ya desde el momento del embarazo, Kike va soltando no pocas puyas sobre los tópicos que se suelen decir durante el embarazo. A través de sus páginas, el ilustrador nos va mostrando su día a día, de como enfrentarse a la multitud de situaciones que van surgiendo. Ya sea dar de comer a los pequeños, cuidarles o las largas noches en vela que hacen pasar.
Pero, a pesar de las múltiples dosis de ironía y mala leche, los lectores podrán apreciar el amor y cariño que el autor tiene por sus retoños. Pese, a que no pocas ocasiones, les quiera asesinar tal y como nos revela en una página y que dice una frase que todos hemos oído en alguna que otra ocasión: "Cuando son pequeños te los comerías, cuando han crecido, te da pena no haberlo hecho".
No hay duda, de que todos aquellos padres que adquieran la obra, se verán identificados en no pocas ocasiones con las situaciones narradas. Y, todos aquellos que no lo sean, le sonarán por las anécdotas que los progenitores le han contado sobre sus pequeños. Aquí, se puede decir sin duda alguna, el famoso dicho: cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
Una vez más, el autor vuelve a mezclar estilos. Desde el más clásico, hasta el manga. Ya que, no serán pocos los momentos en que el nos encontraremos con cabezas grandes con venas hinchadas o dientes afiliados señal de enfado. Una de las muchas señas de identidad del comic japonés.
Una de las partes que más me gustaron del libro, amén de los prólogos, el segundo bastante hilarante por cierto, fueron los pequeños extras que sirven de complemento a la historia principal en los que, diversos padres junto con sus pequeños, aparecen retratados en aventuras vividas juntos.
Los propios prologuistas protagonizan dos aventuras, con sus pequeños, y he de decir que son bastante divertidas. La primera, protagonizada por Ana y sus pequeños, y que finaliza con una sonrisa pillina de Nico. La segunda, a cargo de Daniel, tiene un carácter algo más escatológico, pero no por ello menos real.
Pese a sus pocas páginas, poco más de cien, se disfruta desde el primer momento. E incluso te quedas con ganas de más. Ya que, supongo, el autor se habrá dejado en el tintero no pocas anécdotas. Puesto que la convivencia con dos niños, uno de ellos adolescente, da para más contenido. Esperemos que en un futuro no muy lejano, podamos disfrutar de un segundo volumen.
Tanto si sois padres primerizos, como si estáis pensando serlo, este libro tal vez no os ayudará a como criar a los niños, pero si os enseñará a tomarlo con humor y grandes dosis de paciencia.
El libro está autoeditado por el propio autor.
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