El mundo de los videojuegos está viviendo una edad de oro, por lo que no es de extrañar que Hollywood le eche el ojo a alguno de los más populares. Y la entrada de hoy fue un proyecto largamente acariciado hasta que, por fin, se ha hecho realidad. Un film entretenido, y que apenas concede un respiro a los espectadores. Bienvenidos a la aventura, bienvenidos al mundo de Nathan Drake.
Dirigida por Ruben Fleischer, realizador de Venom o Bienvenidos a Zombieland, y escrita por Rafe Judkins, Art Marcum y Matt Holloway la trama nos cuenta como tras la misteriosa desaparición de su hermano Sam, el joven Nathan Drake, Tom Holland, se embarcará en una aventura junto al cazatesoros Victor "Sully" Sullivan, Mark Wahlberg, para encontrar un gran tesoro. Para ello recorrerán el mundo en busca de pistas para conseguir su objetivo.
Muy entretenido film de aventuras que supone la puesta al día de las aventuras del arqueólogo más famoso del mundo. Pese a que conozco los videojuegos en los que se basa la película, no he jugado a ninguno de ellos, por lo que los guiños, que seguro que los hay, se me habrán pasado por alto. Por ello voy a dar mi opinión sobre la producción, y no sobre el original. Y la verdad es que, como entretenimiento, cumple de sobra. Nada que ver con la última, y aburrida, Tomb Raider de hace un par de años.
Como toda cinta de aventuras, y de búsqueda de un tesoro, cumple el ABC de este tipo de filmes: presentación de los personajes, búsqueda de pistas alrededor del mundo siendo perseguidos por los villanos, y posterior llegada al destino y enfrentamiento final contra los malosos. En este aspecto no es nada novedoso, pero el modo de contarlo resulta interesante. No inventa la Coca-Cola, ni lo pretende, ya que está casi todo dicho. Pero es como lo hace lo que resulte entretenido o no a los espectadores.
Tom Holland demuestra carisma, algo que ya hizo en la saga de Spider-man, y su química con Wahlberg es más que evidente. Ambos se complementan y se lo pasan en grande, mientras van de un lado a otro del globo en busca de pistas, visita a Barcelona incluida. Y eso es algo que consiguen transmitir a los espectadores, al menos en mi caso, ya que les gustaría estar allí y ayudarles a conseguir su objetivo.
Como toda producción de aventuras, las fantasmadas no pueden faltar. Algunas más creíbles que otras, todo hay que decirlo. Pero en eso consiste la magia del cine, y de este tipo de filmes, el mostrar a la audiencia proezas imposibles de conseguir. Aquí vemos un par de ellas, la primera nada más empezar la película, y que consigue que entremos en el juego, nunca mejor dicho, que nos proponen sus máximos responsables.
El único punto en contra, por así decirlo, es lo señalado en el párrafo anterior. No todos los espectadores puedan aceptar este tipo de momentos. Yo soy el primero que se echa a reír o a aplaudir, ya que me lo paso genial, pero la audiencia más sesuda puede no entrar en el juego. Parece ser que desde la quinta entrega de A todo gas, quieren llegar al más difícil todavía, y ver quien la hace más gorda e increíble para sorprender.
Por lo demás la cinta se pasa en un suspiro. Los villanos cumplen con su cometido, liderados por un Antonio Banderas pasándolo en grande, y las mujeres aquí demuestran estar a la altura de los protagonistas. Ya han dejado de ser las damiselas en apuros, y en no pocas ocasiones les pondrán en apuros, o incluso yendo algún paso por delante de los mismos.
El final, que por supuesto no voy a desvelar, lo deja abierto a una secuela que, a tenor de las cifras en taquilla, no creo que tarde mucho en llegar. Puesto que aún quedan videojuegos que adaptar, por lo que parece que aún tendremos más aventuras de Nathan Drake y compañía.
Si queréis pasar un par de horas entretenidos, no lo dudéis y vedla. Seguro que no os arrepentiréis.
A continuación en tráiler: