Los aficionados al cine cómico tienen varios referentes, ya sea en su época muda como sonora. Así, nombres como Charles Chaplin, Buster Keaton, Stan Laurel y Oliver Hardy, los Monty Python o Mel Brooks, por citar algunos ejemplos, causaron, y lo siguen haciendo, no pocas carcajadas a los espectadores. Precisamente, es el último nombre el que protagoniza la entrada de hoy, un guionista y director que ha filmado algunos de los filmes más divertidos de la historia del cine.
Escrito por Mel Brooks, esta autobiografía supone un recorrido por su vida, desde sus primeros pasos como guionista en televisión y su debut como director en Los productores, hasta su posterior consagración con las diferentes producciones en las que intervino y su faceta como productor. A lo largo de sus casi 500 páginas, Brooks no se deja nada en el tintero, y lo hace con un estilo bastante ameno y divertido.
Si bien ya conocía alguna que otra anécdota de Brooks, ese libro me descubrió bastantes más y de como, a lo largo de su carrera, se fue relacionando, de una manera u otra, con algunas de las personalidades más destacadas de la historia del cine. Baste citar como ejemplo, que Dustin Hoffman estuvo a punto de protagonizar Los productores, en el rol que finalmente acabó protagonizando Gene Wilder, ya que justo en el momento de protagonizar el film de Brooks, se salió la oportunidad de protagonizar El graduado junto a Anne Bancroft, esposa de Mel Brooks. El resto, como se suele decir, es historia.
Los primeros capítulos de su autobiografía, que nos relatan su infancia, adolescencia y su época militar en la segunda guerra mundial, nos descubren a un Brooks algo más serio e intimista, pero que no deja de lado el humor. Estos episodios suponen una buena carta de presentación, ante lo que luego se irá desarrollando, en donde ya empieza a surgir el Brooks travieso y divertido que conocemos.
A lo largo de sus páginas, y en no pocas ocasiones, Brooks deja de lado la narración que nos está contando, para hacer un breve inciso y contar una anécdota que, de alguna u otra forma, guarda relación con lo que nos está costando. Es decir, más o menos lo que solemos hacer nosotros cuando estamos tomando algo con nuestros amigos, y de repente nos acordamos de algo que está relacionado con lo que estábamos diciendo. Baste citar como ejemplo, cuando nos está narrando un episodio que tuvo lugar durante la segunda guerra mundial, su estancia en una casa francesa y su relación con el hijo de los dueños, y de como, años después, volvió a Francia y su reencuentro con este niño años después mientras estaba produciendo El hombre elefante.
Durante la mayor parte de su biografía, Brooks nos mantiene con una sonrisa en la boca permanente, y, de vez en cuando, se nos escapará alguna carcajada que otra. Ya sea por la forma en que cuenta la historia, o porque visualizamos la escena de la película que nos está contando.
Al tratarse de su vida, nos vamos a encontrar con no pocas fotografías de su álbum de recuerdos, en donde comparte plano con sus padres, hermanos, amigos, compañeros que estuvieron con él en la segunda guerra mundial, con su pareja, familia, colegas de trabajo, lo cual nos permite apreciar, aún más si cabe, al realizador de El jovencito Frankenstein.
La sensación que a uno le queda, después de haber finalizado la lectura del libro, es que Brooks, a pesar de sus éxitos y premios, sigue siendo una persona humilde y amable, sensación que se confirma si uno ve las entrevistas que circulan por internet. Es una persona con la que uno se puede sentar a tomar algo, y sorprenderse con las cosas que sabe del mundo del cine.
Y es que, para los aficionados al séptimo arte, este libro es una gozada que se disfruta de principio a fin. No solo nos permite descubrir mejor la figura de un gran cómico, sino también a alguien que nos desvela como funcionan los entresijos del séptimo arte, ya sea desde sus batallas con los productores, que las ha tenido a lo largo de su carrera, hasta llevar a cabo rodajes sin pasarse demasiado del presupuesto que tenía asignado.
Tanto si sois seguidores de Brooks, como si queréis saber más sobre su figura, es un libro que no debéis dejar pasar. Sus capítulos no suelen ser muy extensos, pero, cuando hayáis acabado un episodio querréis seguir leyendo para saber como continúan las peripecias de este cómico que ha hecho reír durante generaciones a un buen número de espectadores.
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