El pasado miércoles, se estrenó la que es, hasta ahora, la nueva entrega de la saga Misión Imposible, cuya primera parte se lanzó en 1996. Es decir, Tom Cruise lleva interpretando al mismo personaje desde hace casi tres décadas, lo que no es moco de pavo. Y, si bien hay algunos filmes mejores que otros, mantiene el tono y ritmo en cada uno de los mismos. El lanzamiento de esta séptima parte, se vio postergado debido a la crisis del COVID, pero, la espera ha merecido la pena. Así pues, veamos que nuevas peripecias le esperan a Cruise y su equipo, para salvar al mundo de nuevas amenazas.
Dirigida por Christopher McQuarrie, y escrita por André Nemec y Josh Appelbaum, la trama nos cuenta como Ethan Hunt, Tom Cruise, y su equipo habitual Benji, Simon Pegg, y Luther,Ving Rhames, han de hacerse con un misterioso artefacto antes de que caiga en las manos de Gabriel, Esai Morales, que forma parte del pasado de Hunt. En su nueva aventura, Hunt contará con la ayuda de su antigua aliada Elsa, Rebecca Ferguson, y Grace, Hayley Atwell.
Además de los intérpretes arriba mencionados, mencionar a Vanessa Kirby, que retoma su rol como viuda blanca; Henry Czerny,que regresa como Kittridge después de la primera entrega o Pom Klementieff, dando vida a Paris, secuaz del personaje encarnado por Morales.
Increíble. No se me ocurre otro adjetivo con el que definir a esta nueva entrega. Cruise va subiendo de nivel, con cada nueva entrega. Ofreciendo a los espectadores no solo una historia, que mantiene a la audiencia enganchada a la pantalla, sino también secuencias de acción, efectuadas por el propio Cruise sin dobles, que hacen que uno se quede con la boca abierta.
Si bien más o menos, el argumento se mantiene en cada una de las entregas: alguien quiere hacerse, o tiene un elemento para sembrar el caos, y ha de ser detenido por Hunt y su equipo, Cruise sabe rodearse de profesionales, capaces de buscar algo novedoso para no caer en la repetición. Tal vez los detractores de la saga, acusen a su máximo responsable que no sale de la formula de siempre. Pero, en opinión de quien esto suscribe, pese a que pueda parecer repetitivo, cada una de las entregas ha sabido reinventarse para ofrecer a sus seguidores algo que les llame la atención.
Varios son los momentos a destacar: el inicio, el episodio que tiene lugar en Italia, o el tercio final con el Orient Express como protagonista principal. En cada uno de ellos, el director da muestras de su talento, además de saber construir set pieces impresionantes, y que le tiene cogida la medida al tono que le quiere dar su máximo responsable.
Tal y como ocurrió con la ya analizada Fast X deja a la audiencia con la miel en los labios. Preguntándose que va a pasar a continuación, ya que se deja en un punto muy interesante, por lo que la espera hasta el año que viene, se hará eterna.
Hay que darle las gracias a Cruise por este tipo de cintas. No hace sino reafirmar el porque existe el cine como entretenimiento.
Es una de las mejores entregas de la saga, y sus casi tres horas de duración se pasan en un suspiro. Tiene buen ritmo, las dosis justas de humor y pequeños aportes de drama. Pero lo que predomina es la acción, y de eso sus responsables saben bastante.
Tanto si sois seguidores de la saga, cómo del cine de acción, esta es una película de visión obligada para los que amamos el cine como espectáculo.
A continuación, os dejo con el tráiler de la entrada de hoy:
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