viernes, 3 de febrero de 2023

libro: Whiskyman y otros relatos oscuros

Antes de correr, hay que empezar a caminar. Esta comparación se puede aplicar también a los escritores, quienes, en la mayoría de casos, antes de publicar su primera novela dieron sus primeros pasos en la creación de relatos. De esta forma, y celebrando que la semana que viene sale a la venta su nuevo libro, vamos a analizar una antología de narraciones en las que el terror es el elemento predominante.


Escrito por Alberto Caliani, y con portada de Iván Ruso, la presente antología consta de 16 relatos, los cuales, como ya viene siendo norma habitual en el blog, van a ser analizados y comentados uno por uno. Así pues, vamos al turrón:

- El cuarto de Sonia: Julián y Carolina, un joven matrimonio con su bebé Sonia creen haber encontrado el piso de sus sueños a un buen precio. Cuando instalen un vigila bebés en el cuarto de la niña, se darán cuenta del terrible secreto que guarda la casa. Buena forma de iniciar la antología, con una historia clásica de fantasmas que, sin tener novedad alguna con respecto a este tipo de narraciones, sabe enganchar al lector. En concreto con dos momentos que harán las delicias de los seguidores de este tipo de relatos.

- Solos, tú y yo: microrrelato de poco más de media página, en el que asistimos a un padre intentando consolar a su hija. Pese a la brevedad de la narración, Alberto nos sorprende con un final inesperado y que nos golpea directo al hígado. Aquí se demuestra, y no será la última vez que un microrrelato haga aparición en esta antología, de que, lo bueno si breve, dos veces bueno.

- La tabla Ouija: dos hermanas compran una tabla ouija, pero lo que parecía un simple juego, pronto se tornará en algo terrorífico. Siempre que una tabla ouija hace acto de aparición, ya sea en cine o en literatura, los lectores saben que algo malo va a pasar a los desdichados que se atrevan a jugar con el tablero. Aquí no podía ser una excepción. Alberto se toma su tiempo hasta llegar a un final que, por previsible, no puede dejar de ser interesante.

- La era del demonio: el padre Jordi Vendrell será testigo del Apocalipsis en Barcelona, lo que ignora, es el papel que el destino le tiene reservado. Algo tendrá el demonio que, de una forma u otra, suele aparecer en muchos de los relatos de terror. Su figura sirve como adoración o enemigo al que hacer frente. Y aquí tiene un rol esencial, sobre todo en el tercio final en donde se nos revela el motivo por el que se ha desencadenado el final del mundo. Historia que bebe de la religión y que está bastante bien.

- Purgatorio: tras perder a su mujer, un hombre roto por el dolor quiere reunirse con ella. Lo que ignora es que a veces, los deseos, pueden hacerse realidad. Relato que nos habla sobre la perdida, y también sobre el iniciar una nueva vida. Justo cuando parecía que todo le iba bien, llega la hostia. Pese a que uno se lo pueda oler, no deja de sorprender el giro cabrón que tanto le gusta a Alberto y que, nos recuerda, que el desear algo puede tener consecuencias no deseadas.

- Visiones de la parca: la visión de la muerte persigue a un hombre, que no deja de verla y se pregunta que hace rondándole. Una vez más, Alberto consigue asustarnos con la parca, alguien que todo el mundo conocerá, ya sea más tarde o más temprano. Lo que uno no puede evitar, es cabrearse con el final del relato. Ya que justo cuando uno pensaba que nada más malo podría pasar, el autor nos recuerda que no es así y nos guarda una última sorpresa.

- El alfiler: Roberto y Blanca, de vacaciones por Haití, adquieren un alfiler que esconde un terrible secreto. Gran relato, donde el vudú hace acto de aparición y cuya conclusión, que por supuesto no voy a desvelar, no desentonaría en absoluto como episodio de Historias de la cripta o La dimensión desconocida. Tan solo hay dos sustos, pero cuando hacen acto de aparición, merecen la pena y dan bastante yuyu, sobre todo el primero. La historia se cocina a fuego lento y, sin duda, dejará satisfechos a los amantes de los relatos donde el vudú aparece.

- Caperuzita roja: el cuento clásico infantil, al que se le suman los muertos vivientes. Este relato ya lo leí tiempo ha en la antología erase una veZ, pero siempre es bueno volver a leer una historia de la que hacía tiempo que no leía. Aquí Alberto saca su faceta más gamberra y sangrienta, ya que el escritor se lo pasa en grande enfrentando a la inocente protagonista con el lobo feroz, aquí con un interesante cambio, y a los muertos vivientes. Uno de los relatos más ligeros de la presente antología.

- Whiskyman: relato extenso y que da nombre a la antología. Bernie es el borracho de Old Town, quien una noche conocerá a whiskyman. Pero, un encuentro con unos abusones, hará que su nueva amistad decida vengarse por el trato que ha recibido su nuevo amigo. Interesante relato que recuerda a las narraciones de King, tanto por estar ubicada la acción en Castle Rock, como por el tono que imprime el autor a la historia. La cual, en sus instantes finales, se irá volviendo más sangrienta y violenta. Hasta llegar a un final que, no por previsible, deja un buen sabor de boca.

- Inmune: sin razón aparente, la gente se vuelve loca y empieza a actuar de forma violenta. Por una razón desconocida Luis, conserje de un edificio, y Soraya, que también vive en el inmueble, son inmunes a este misterio que ha desencadenado una verdadera masacre. Valiéndose de una única ubicación, el autor consigue una gran narración donde los instantes violentos y el drama, se dan la mano para una historia a la que, en opinión de quien esto suscribe, se le podía haber sacado más chicha. Un relato que no me acabó de convencer del todo. No es que sea malo, que no lo es, solo que no me hizo tilín del todo.

- La marca oscura de Dios: Caín vaga por el mundo, hasta que la llegada a una cueva hará que conozca el horror, con terroríficas consecuencias. Una vez más, aquí vuelve a aparecer un relato que ya había leído en la antología Historia se escribe con Z. Un gran relato cuya conclusión, que por supuesto no voy a decir, supone una interesante vuelta de tuerca al zombi, y de como se origina la plaga de los muertos vivientes.

- Aisha Kandisha: un destacamento llega a un fuerte donde se ha producido una masacre, el descubrimiento de un diario hará que se descubra lo que ha pasado allí. Creo que este es el relato que más me gustó de todo el libro. Una historia que bebe de las leyendas árabes, y que en sus instantes finales homenajean al film Candyman. Genial historia en el que un grupo de soldados tendrán que hacer frente a algo sobrenatural. Gran relato de fantasmas, y que me sorprendió gratamente. Tanto por el ritmo que le sabe imprimir, como por descubrir a un personaje terrorífico del que desconocía su nombre y existencia.

- Loxósceles Laeta: un hombre paralizado de cuello para abajo, asiste impotente como una araña se aproxima a él, sin que pueda hacer nada por evitarlo. Relato bastante tenso, donde los lectores asisten a un final bastante truculento, sobre todo por la frase final que cierra la historia.

- Truco o trato: otro nuevo microrrelato, con el añadido que fue ganador de un concurso. Unas breves líneas, le bastan a Alberto para contar una leyenda urbana, que se vuelve bastante real cuando un psicópata hace de las suyas en la noche de Halloween. Breve historia que no necesita más para resultar bastante terrorífica.

- Luna total: una misión espacial verá como sus tripulantes harán frente a una amenaza que ha salido de la nada. Muy interesante aventura de terror ubicado en el espacio, con un final inesperado y que, de nuevo, no desentonaría en los shows arriba citados, tanto por ritmo como por el giro final sangriento y que deja un final abierto a futuras aventuras.

- April's fool´s day: mientras está en Nueva York, Tatiana, una estudiante de Salamanca conocerá a un desconocido. Tras pasar una noche de amor, se dará cuenta que ha sufrido una broma cruel, su reacción no se hará esperar. Relato que cierra la antología y que supone un broche de oro. Final inesperado y que pilla por sorpresa, sobre todo teniendo en cuenta como es la protagonista. Aquí reside el encanto, en pillar a los lectores con la guardia baja, para soltar un directo que nos manda derechos a la lona.

Alberto le tiene cogido el pulso al terror, y aquí lo demuestra, pese a que sus últimos trabajos vayan por otros derroteros. Y aún así, sabe enganchar a sus lectores.

Si os gustan los relatos de terror, dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis en absoluto.

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