Dentro del cine de acción, una de sus variantes más conocidas es la de los ambientes que transcurren tras un apocalipsis, y de como las personas que han sobrevivido a este holocausto, intentan sobrevivir al mismo mientras se enfrentan a innumerables peligros, entre los que se encuentran peligrosas bandas que quieren hacer la puñeta a los supervivientes. En este ameno y completo ensayo, el autor hace un extenso recorrido por los principales títulos que componen los principales filmes post-apocalípticos.
Con prólogo a cargo de Domingo López y escrito por Joaquín Díaz Cáceres, el presente ensayo realiza un completo recorrido por los cinco continentes, y por las producciones que se realizaron en ellos. Desde las más conocidas a las menos, pasando por los videojuegos, el volumen transporta a los lectores por un viaje desde los tiempos del videoclub, hasta las cintas más actuales.
Si hay olores asociados a libros, uno que rápidamente podría asociarse a éste sería el de gusanitos, ganchitos, palomitas y cocacola, aroma a videoclub. En definitiva, a nostalgia. Ese el aroma que me invadió, según iba avanzando en la lectura del volumen. A medida que iba leyendo, y el autor mencionaba las cintas, las iba recordando y decía: hostia es verdad, u coño que recuerdos. Mientras lo hacía, una pequeña sonrisa se me dibujaba en la cara.
Desde Mad Max, pasando por 1997: Rescate en Nueva York y acabando por Hijos de los hombres, por mencionar tan solo algunos de los títulos que componen el ensayo, el autor nos guía por aquellas producciones básicas, y por las que no lo son tanto, que compondrían el ABC, por así decirlo, de la historia del cine post-apocalíptico.
Como no podría ser de otra forma, uno de los capítulos más interesantes lo compone el apartado dedicado al cine europeo, y más concretamente el dedicado a la exploitation italiana. Es aquí donde el factor más nostálgico, y cinéfilo/cinéfago, hace acto de aparición. Y es que, muchas de estas producciones se caracterizaban por dos cosas: sus molonas portadas que nos llamaban la atención, y por su falta de presupuesto. Pero cuando éramos pequeños, apenas nos fijábamos en ello. Lo único que queríamos era ver a tíos cachas dando de hostias a los malosos. Y estas pelis lo cumplían de sobra.
El libro está bien escrito, y en ningún momento se hace pesado. Para ello, el autor se vale de un lenguaje sencillo, bastante ameno y habla a los lectores como si nos estuviera contando las pelis comiendo tranquilamente en su casa, o yendo de tapas o de cañas. Apenas encontramos tecnicismos, y si mucha pasión en lo que está escribiendo, algo que logra transmitir a todos aquellos que se acerquen al libro.
Otro de los puntos a favor, es la cantidad de carteles originales y fotos que acompañan a cada una de las secciones. Lo que hace que el factor nostalgia se dispare todavía más, puesto que se recuperan aquellas míticas caratulas de videoclub, que tan buenos ratos nos hicieron pasar en nuestra infancia. Otra cosa era lo que nos encontrábamos, al introducir la cinta en nuestro reproductor. Pero eso, como decía Mako en Conan: " es otra historia".
Por cierto, la maravillosa portada corre a cargo de Manuel J. Iniesta, y supone un verdadero homenaje a lo mencionado en el párrafo anterior. Puesto que en la misma podremos encontrar a Mad Max: Fury Road; Destroyer: brazo de acero; Los nuevos bárbaros y Ruedas de fuego. Las cuales, entre otras muchas, se encuentran analizadas dentro del presente ensayo.
Una vez más, y van unas cuantas y no me cansaré de decirlo, la editorial vuelve a ofrecernos un ensayo muy divertido para todos aquellos que nos criamos en la época del videoclub. Además lo hace con un libro bien escrito, y que trata de tú a tú a los lectores, sin tecnicismos y sin lenguaje sesudo. Cumple su función de entretener, y de descubrir aquellas producciones y series que merecen reivindicarse.
Si os gusta el cine post-apocalíptico, queréis saber más acerca del mismo y a la vez realizar un viaje nostálgico, éste es vuestro libro.