Angela Channing; JR; Gus Fring; El Gobernador, son nombres, por citar algunos ejemplos, de algunos de los grandes villanos que ha dado la historia de la televisión. Pues bien, todos ellos, más los que me he dejado en el tintero, quedan como niños de teta, inocentes angelitos, comparados con el protagonista de la entrada de hoy. Un cabronazo que consigue hacer que Cersei Lannister o Meñiique, queden como simples aprendices a la hora de putear a los que le rodean. Bienvenidos al mundo de la política, bienvenidos a House of cards.
Creada por Beau Willimon, la trama nos narra el ascenso al poder del ambicioso políitico Frank Underwood, Kevin Spacey, que, tras haber sido ninguneado como secretario de estado, planeará su ascenso al poder con ayuda de su mujer Claire, Robin Wright.
Si bien en El ala oeste de la Casa Blanca, se nos narraba el día a día del presidente encarnado por Martin Sheen, así como los miembros del gabinete que le rodeaban, y nos mostraba una cara más amable de la política, lo que aquí se nos cuenta son las alcantarillas del poder, los tejemanejes que hay en éste mundo, y de lo que son capaces de hacer los que aquí se mueven, a la hora de alcanzar sus objetivos, caiga quien caiga.
Desde aquí se puede afirmar que, el personaje encarnado por Spacey, es de los más cabronazos e hijos de puta que ha dado la historia de la televisión. Para alcanzar sus objetivos, Underwood no dudará en utilizar el chantaje e incluso el asesinato, para lograr convertirse en el hombre más poderoso del mundo. Y es que aquí Spacey, hace gala de un carisma arrollador. La audiencia sabe que es el villano, que no le daría la espalda aún a riesgo de que le clave un puñal, o incluso que no permitiera que le haga ningún favor, puesto que se lo cobrará con creces.
Y aún así, las cosas como son, el tío sabe llevarse al público a su terreno. A ello ayuda la solida labor de Spacey como intérprete, algo que se ha visto reflejado con sus dos Oscar en su carrera, y su Emmy como Underwood. Y por supuesto no me olvido de Wright, quien hace tiempo que dejó de ser la inolvidable Buttercup, para demostrar que puede ser más que una solvente actriz, y directora. Suyos son algunos de los mejores capítulos de la serie.
La serie se mantuvo en antena durante seis temporadas, a lo largo de las cuales los espectadores fueron testigos del ascenso, y posterior caída del personaje encarnado por Spacey, así como del ascenso al poder de su esposa. Quién demostrará ser, tan o más implacable, que su esposo.
La serie estuvo a gran altura durante sus seis temporadas, con algunos capítulos ciertamente sobresalientes. Pero, con la marcha de Spacey debido a sus escándalos, en la sexta temporada sufrió un ligero bajón, a pesar del buen hacer de Wright delante de las cámaras. Por ellos, en su capítulo final, tranquilos que no pienso desvelarlo, deja un amargo sabor de boca. La conclusión que decidieron darle sus creadores, queda por debajo de las expectativas que los espectadores habían depositado en la misma. Pero es algo normal con este tipo de programas. Que uno espera que acabe de forma satisfactoria, para acabar llevándose un chasco.
Basta citar como ejemplos de series que dejaron a los espectadores, con un sabor agridulce en la boca, cuando no directamente decepcionante, casos como Perdidos, Los Soprano, Dexter o 24, por citar algunos casos. Y es que nunca llueve a gusto de todos. Ya sea por unas cosas o por otras, no se puede concluir una serie, y satisfacer a todo el mundo. Siempre habrá alguien que se queje. En este caso, uno no puede sino adscribirse a los que están cabreados por como finaliza. Un par de episodios más no le hubiesen venido mal. Su conclusión es precipitada, y deja algún que otro cabo suelto.
Menos mal que sus virtudes, son mayores que sus defectos. Los diálogos, la dirección de algunos episodios a cargo de Fincher, la ya citada Wright, el ya fallecido Joel Schumacher, o James Foley, por citar algunos casos, hace que la serie rallé a gran altura. Amén del gran plantel de secundarios, entre los que brilla con luz propia Michael Kelly, mano derecha del personaje encarnado por Spacey, y que en no pocas ocasiones, logra robar escenas.
Con el avance de la serie, poco a poco se irían incorporando a lo largo de sus temporadas, intérpretes tan conocidos por el publico como Kate Mara; Neve Campbell; Mahershala Ali; Diane Lane o Patricia Clarkson, por nombrar algunos ejemplos. Cada uno de estos roles, tendrá un papel importante en el devenir de los acontecimientos.
Desde aquí, no vamos a entrar en la polémica que acabo con la desaparición del personaje encarnado por Spacey en su sexta y ultima temporada. Pero es cierto, que el show tiene un buen bajón con la desaparición de Frank, pese a que su mujer demuestre ser tan, o más mezquina, que su predecesor en el cargo.
Si os gustan las series donde importen los personajes, con buenos diálogos, y una buena dirección, ésta es vuestra serie. No esperéis escenas de acción, o enormes efectos especiales. Aquí lo que prima e importa son lo que dicen los intérpretes. Por ello es una serie que hay que tomarse con calma, y paladear como si fuera un buen whisky añejo.
A continuación, os dejo con la introducción del show: