Antes de proseguir con la reseña, me gustaría desearos a todos un feliz año nuevo. Aquí os traigo un pequeño regalo, una nueva reseña del último libro de un autor que ha aparecido en más de una ocasión por aquí. En esta ocasión decide dejar de lado la ciencia ficción, género en el que se ha movido gran parte de su obra, para ofrecernos un relato cargado de acción, aventura y unas gotas de drama. Una historia en la que cada personaje cuenta con gran importancia, y las decisiones que toman tendrán mucha repercusión en el devenir de los acontecimientos.
Escrito por Magnus Dagón, la novela nos cuenta la historia de 4 guardianes errantes, Aphex guardián errante del Este; Isdes guardiana errante del Sur; Kemur guardián errante del Oeste y Seidem guardiana errante del Norte, poseedores de un don que solo pueden usar una vez en la vida, y de las diversas peripecias por las que pasan hasta que sus caminos se juntan para hacer frente a un enemigo común.
Y hasta aquí puedo decir, el avanzar o explicar algo más podría caer en terreno peligroso y desvelar alguna de las sorpresas que el autor nos tiene preparadas. Como viene siendo habitual dentro de la obra del autor, los numerosos personajes que van apareciendo guardan relación entre ellos, ya sean amigos o enemigos.
De esta forma, los primeros capítulos del libro sirven de introducción a cada uno de los guardianes. Cuando les conocemos ya han recorrido un largo camino, y les vemos al inicio de una nueva aventura que les llevará a conocer a algunas personas importantes en su vida en el caso de unos o a conocer a nuevos enemigos en el caso de otros.
Y es que si algo caracteriza a este autor es la importancia de los personajes, ya sean héores o villanos. Dagón da gran importancia tanto a unos como a otros, y construye unos sujetos complejos. No son planos y sus motivaciones e historia que llevan detrás son los pilares sobre los que se sostiene y gira toda la obra.
Sin duda uno de mis personajes favoritos fue Kemur, el guardián errante del Oeste. Tal vez por que su historia es una buena mezcla entre el género negro y el género de acción. Por sus características y modo de comportarse, supone una combinación entre Humprhey Bogart y Clint Eastwood: un personaje tosco, huraño pero con un gran corazón y con una puntería infalible a la hora de enfrentarse a sus oponentes. Es su historia la que más me atrapó y gustó, lo que no quiere decir que el resto de historias no merezcan la pena, que lo merecen por supuesto, pero el terreno en el que se mueve Kemur es el que más me enganchó.
Cada uno de los guardianes soporta la carga de la tarea que se les ha asignado de forma distinta. No son héroes perfectos, todos tienen sus aristas y miedos. Y a pesar de ello son conscientes de la vida que han escogido y de la importancia de la misión que han de cumplir.
El libro se encuentra dividido en tres partes, siendo la segunda la que más tiempo ocupa y la que sirve para que poco a poco todas las piezas comiencen a encajar, hasta llegar al final de la segunda parte que dejará a más de uno con la boca abierta. Y este es sin duda el punto de inflexión que marca un antes y un después en el tramo final de la obra, cuando nuevos personajes entren en escena para continuar la historia donde concluye la anterior.
Esto es sin duda tanto un punto a favor como en contra de la obra. A su favor el autor juega con concluir la segunda parte de forma bastante épica y sorprendente, en su contra que gracias a la valentía de introducir ese giro muchos lectores se sientan decepcionados por haber puesto el listón alto en mitad del libro. En mi opinión es algo que hay que aplaudir, pocas veces se ve tal giro de los acontecimientos y el final ofrece un atisbo de esperanza tras sucesión de los anteriores acontecimientos.
El cambio de género le ha sentado bien al autor. A lo largo de las páginas nos va moviendo por multitud de paisajes distintos entre si. Cada uno de los mismos corresponde a la personalidad cada uno de los guardianes, por lo que tan pronto estamos leyendo una aventura en un lugar con parajes desérticos, como pasamos a una ciudad corrupta donde no para de llover e impera la ley del más fuerte.
Los ambientes en los que se mueven los guardianes dejan poco lugar para la esperanza, y aún así se encuentran con personas que, a pesar de los acontecimientos, siguen conservando tal sentimiento. De ahí que cuando se crucen con los guardianes, les traten como si fueran poco menos que divinidades. Ya que los anteriores guardianes, e incluso los actuales, son poco menos que leyendas dentro del mundo donde se desarrolla la acción.
Un libro recomendable tanto para los amantes de las aventuras ubicadas en futuros apocalípticos, como para todos aquellos que quieran disfrutar de una visión distinta del género de la gente con habilidades especiales.