Tony Jiménez es un autor que no suele defraudar. Ya sea en solitario o con sus relatos en diversas antologías de terror, este escritor andaluz da muestras de su talento y habilidad a la hora de dar miedo a sus lectores. Ahora afronta la que es su segunda compilación de historias breves, tras
Actos de venganza, en la que vuelve a hacer pasar un mal rato a aquellos que se acerquen a la misma en estos cuentos en los que el terror tiene un papel destacado.
Antología ilustrada por Juapi Garabatos, en los que el Guardián ejerce de maestro de ceremonias presentando el relato que viene a continuación, supone un homenaje a
Historias de la Cripta o
Creepshow. A lo largo de sus 11 relatos Tony Jiménez nos sumerge en un mundo en el que los seres sobrenaturales, la ciencia ficción, las leyendas urbanas e incluso un humor muy negro se dan de la mano en estas historias que se disfrutan de principio a fin. Los cuentos de terror que conforman la presente compilación son los siguientes:
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Cosas de niños: Larry Coleman es un pederasta que tras su última cita con una menor regresa a su casa y retoma la conversación con la chica con la que había quedado. Tras marcharse la muchacha comienza a hablar con Sally, la hermana pequeña de la adolescente, sin imaginar las consecuencias de haberlo hecho. Buena forma de iniciar la antología con un relato que en un principio recuerda a la cinta
Hard Candy, para poco a poco ir dando un giro a un terror sobrenatural en el que Larry pagará por las consecuencias de sus actos. Con esta historia el autor tiene dos objetivos: el primero es el de entretener a los lectores, y el segundo es el de dar un toque de atención acerca del uso de las redes sociales por parte de los menores y de los peligros que ello conlleva.
Las mejores partes del relato tienen lugar desde el momento en que Sally y Larry inician su conversación. El autor maneja muy bien los tiempos del suspense con un buen uso del terror donde los sucesos inexplicables comienzan a sucederse , y donde la cordura de Larry se verá puesta a prueba.
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En el interior: Will y su mujer Cecilia se disponen a pasar una agradable velada, cuando son interrumpidos por su vecina Jennifer fugada de un psiquiátrico tras ser acusada de matar a su familia y con intención de matar al matrimonio. Pero tal vez no todo sea lo que aparenta en un principio. Uno de los relatos más breves de la presente antología y con un giro final inesperado. El protagonismo recae sobre las dos mujeres, quedando en hombre en un segundo plano y sin apenas importancia en el devenir de los acontecimientos. El autor se vale de una única localización y saca el máximo partido posible de ella, por lo que el ambiente claustrofóbico está presente a lo largo del relato. La conclusión queda abierta a la imaginación de los lectores. Esta no será la primera vez en la que la ciencia ficción haga su aparición a lo largo de la antología.
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La mejor compañía: Megan Murdock es una guionista que se dirige a recoger en una furgoneta a la estrella Kristen Redford, cuando realiza una parada para desayunar. Allí conocerá y recogerá a Alex Freeman quien la acompaña en su viaje. Poco más puedo decir sin reventar la sorpresa, la cual nos sumergirá en un mundo de pesadilla. Un viaje por carretera que mantiene en tensión a los lectores desde el momento en que Alex se sube al vehículo con Megan. Uno de los mejores relatos de esta antología donde el autor consigue crear en los lectores una sensación de agobio, que no desaparece hasta que la lectura de la historia ha concluido.
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Lenny: Ralph Hill es un anciano que disfruta de la compañía de su fiel perro Lenny y de las visitas de su joven vecino Andy. Cuando el niño es acosado por unos matones, Lenny intervendrá con trágicos resultados. Una y otra vez el autor ha declarado su admiración por Stephen King, la influencia del novelista de Maine sobre Jiménez es más que evidente. El tercio final del relato resulta bastante sangriento, sobre todo a raíz del suceso arriba mencionado. No resulta complicado ver el homenaje a
Cementerio de animales en la parte final de la historia. Una historia con un final abierto y que nos habla de la fidelidad y del cariño que los animales sienten sobre sus dueños.
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No más crepúsculo: Eddie Lomax es el actor de moda gracias a su participación en cierta saga de vampiros para adolescentes. Cuando para en un McDonald's para comprar una hamburguesa conocerá a Martin Spencer, quien tratará de avisarle acerca del peligro que corre por ofrecer una imagen distorsionada de estos seres. Relato que parodia
Crepúsculo y a los intérpretes que intervinieron en ella. Pero aquí el autor ofrece una visión mucho más terrorífica, como se puede apreciar en un par de instantes en los que las muertes hacen acto de aparición. El final de la obra tiene muy mala baba, y tal vez sea una pequeña venganza que se toma el autor sobre una serie de libros y películas que han desprestigiado la imagen de estos iconos del terror.
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Los fantasmas del paciente de la habitación 31: Lester Jenkins queda recluido en un manicomio alegando demencia tras cometer un crimen. Al ingresar en esta institución, se verá acosado por las visiones de un fantasma. Los psiquiátricos han servido de base a algunas cintas para ofrecernos un acercamiento de como es la vida de los pacientes ingresados aquí. El autor de la antología toma la vertiente del terror, ya vista en cintas como
Gothika o
Refugio macabro, a la vez que añade el elemento dramático puesto que la doctora de Jenkins cree que todo es fruto de la imaginación del enfermo y de sus remordimientos al haber cometido su crimen. Una historia clásica de espectros en donde el terror psicológico resulta fundamental en la trama, y que no necesita de la sangre para mantenernos en tensión.
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Julie nunca te dejará: Matt Cross recibe como regalo de cumpleaños un coche al que bautiza como Julie y se convertirá en su gran amor. 5 años después cuando el automóvil comience a fallar cambiará de vehículo. Lejos está el joven de imaginar la venganza que Julie va a desatar. El primer referente que a uno se le viene a la cabeza al leer el resumen es
Christine de Stephen King. A diferencia de la obra del autor de Maine donde el coche poco a poco poseía a su conductor, aquí el vehículo busca venganza al no sentirse querida y verse desplazada por un nuevo coche. Julie actúa como alguien despechado que utilizará toda su furia, para hacer daño a todas las personas que rodean a Matt como se puede comprobar en el sangriento tercio final de la obra.
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El camino del payaso: Clara es abandonada por su padre en una urbanización desierta mientras le espera en el coche, lo que le creará un gran trauma del que años después aún no se ha recuperado y repercutirá en su relación con su pareja David. En esta ocasión el autor se mete de lleno en el terreno de las leyendas urbanas, para ofrecernos un relato que se va tornando más oscuro según avanza la historia. De nuevo Jiménez usa el terror psicólogico para ir minando la cordura de Clara con visiones, las mejores partes del relato sin duda, hasta que decide hacer frente a sus miedos en un final abierto. Existen un par de momentos en la obra que harán que sintamos escalofríos y harán que cualquier ruido nos ponga en alerta. El autor ha conseguido el objetivo de hacer que su relato atrape a los lectores.
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Los alargados tentáculos de la corporación Craft: Barker pasará una semana de prueba en la corporación Craft para obtener un trabajo en la empresa. A lo largo de estos siete días cumplirá diversas tareas, cada una más estrambótica y peligrosa que la otra. Junto con
La mejor compañía es el relato que más me gustó de toda la antología. El autor mezcla con éxito dos elementos en apariencia tan distintos como el humor y el universo de Lovecraft, para ofrecer a los lectores un relato lleno de humor negro y plagado de homenajes a las criaturas y elementos creados por el escritor de Providence. Es una historia que nos mantiene con una sonrisa permanente en la cara, por el acercamiento que hace Jiménez a un universo que incita a todo menos a la risa.
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La muerte de la humanidad: Sam y Stephen huyen de una prisión que les servía como refugio ante un apocalipsis zombi, después de ser invadida por los muertos vivientes a causa de un traidor. Pero antes de escapar son mordidos, lo que les llevará en un viaje a lo largo de los Estados Unidos en busca de una cura en un bunker y cuya localización Stephen conoce. Tal y como ocurre en la serie
The Walking Dead, los humanos demuestran ser el gran peligro por delante de los zombis. Los dos hombres se ayudan, pero existe un sentimiento de desconfianza entre ambos ya que ambos tienen secretos que ocultar. Los cuales serán revelados en el sangriento final de la historia, cuando el autor nos depara dos giros sorprendentes en un trágico final, acorde con el tono dramático del relato.
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Lo que escupe el cielo: Chloe Boone trabaja como profesora en el pueblo de Bright Hill donde nunca parece suceder nada, hasta que la llegada de una extraña roca que alterará el comportamiento de Sam un alumno que la encuentra en el patio de la escuela. Desde ese momento las muertes no tardarán en sucederse. El relato que pone el punto final a la antología es bastante interesante, una vez más el autor vuelve a utilizar la ciencia ficción para ofrecernos una historia en la que el peligro viene de las estrellas y amenaza con extinguir a la humanidad. La historia me recordó a
Invasores de Marte, en la que la acción tiene lugar en una pequeña población y en el los sucesos extraños comienzan a sucederse y nadie parece creer a la profesora, hasta que resulta demasiado tarde. Un buen broche de oro a una recopilación de relatos de terror.
Una buena antología con unos relatos bastante bueno y cuyas ilustraciones en blanco y negro son un buen complemento a las palabras del autor. A diferencia de otras recopilaciones breves de historias, aquí todas tienen un buen nivel y supone una nueva muestra más del talento de su autor a la hora de llevarnos por los terrenos del terror.